La historia de Burger POP no se basa solo en un emprendimiento, es una historia de amor y confianza.
En el 2014 se conocieron Natalia y Alex y llevando tan solo un mes de ser novios, se dieron cuenta que compartían un sueño, un sueño que los uniría aún más.
En el 2013, Alex a sus 23 años cansado de no conseguir trabajo en Colombia con su título universitario de Marketing, decide salir del país en busca del “American Dream”, allí termina trabajando de cocina en cocina por las calles de Nueva york al intentar vivir en la gran manzana, después de un año y cansado de esto, decide volver a Colombia a probar nuevamente con su título de profesional y la experiencia de saber hacer hamburguesas en los mejores restaurantes neoyorquinos, principalmente en la multinacional Mac Donald’s, que pensaba no le iba a servir para nada.
Con 24 años, Natalia para esa época trabajaba en una empresa líder en viajes al exterior, con su título de administradora de empresas de la Universidad Nacional que logró pagar gracias a las largas jornadas de trabajo siendo mesera en diferentes gastrobares de la capital colombiana. Ella soñaba con ser independiente y montar su propia empresa, pero aún no llegaba a su mente esa idea de negocio que la motivara a iniciar, sin embargo, ya se encontraba dando sus primeros pasos ahorrando el dinero que algún día usaría para cumplir su sueño.
Junio de 2014, Alex y Nata se conocen, salen y empiezan una relación que sin saberlo sería el gran inicio de esta marca. Tenían un mes de novios, 7:00am, Alex como habitualmente lo hacía, llevaba a Natalia al trabajo en el carro que su hermano le prestaba en la ciudad de Bogotá, esta mañana sin ser más especial que las otras, Nata siente que algo pasa con su novio y le pregunta, él le cuenta una idea, le cuenta de Burger POP, idea de negocio que ya venía desarrollando en reuniones de sala con sus hermanos, pero que veía imposible por su situación, le cuenta “amor quiero vender hamburguesas gourmet en las calles de Villavicencio, hacer carritos ambulantes que sean llamativos, colaboradores muy bien uniformados haciendo todo con las normas de higiene, podrían llevarse a eventos, cumpleaños, y lo mejor, si no funciona, se mueve a la otra esquina sin generar grandes gastos”; como estas y otras razones, Alex le contó la idea a su novia, también le conto que ese día estaba muy preocupado porque no tenía dinero para crear el negocio, y que el día anterior, su última oportunidad para conseguir el capital para su emprendimiento, un crédito con una entidad bancaria, le fue negado. Natalia, después de escucharlo y con mil dudas sobre el negocio, en su afán de ayudarlo le ofrece una salida, tal vez un poco ingenua e irresponsable le dice que ella tiene 7 millones ahorrados, y que por estar en una nómina contaba con un crédito pre-aprobado con un banco, ella le dice que no dudaría en tomar ese dinero y prestárselo para el proyecto, Alex acepta la ayuda con una condición, él no quería que se los prestara, él quería que fueran socios y así le vendió la mitad de una empresa que aún no había empezado.
Después de esto, pasaron cuatro meses más de investigación de mercados, búsqueda de proveedores y fabricación de recetas.
El 15 de noviembre de 2014, estando todo listo, abren sus dos primeros puestos ambulantes, uno en La Esperanza y el otro en El Buque, ese día los clientes se acercaban temerosos pero atraídos por la particularidad del carrito rojo en fibra de vidrio con sus luces novedosas y su olor a carne fresca en una parrilla, compraban una hamburguesa y media hora después, este mismo cliente con una sonrisa en la cara regresaba pidiendo 5 más para su familia, situación que se repitió la semana de inauguración en los dos puntos, y al mismo tiempo otros clientes los felicitaban, al ver una pareja de jóvenes en la calle vendiendo hamburguesas con la frente en alto, orgullosos de haber creado algo incierto pero meritorio.
Ahora Burger POP después de casi 7 años en el mercado hamburguesero y gracias al trabajo constante por parte de su equipo de colaboradores, cuenta con más de 10 puntos de venta entre locales, Food Trucks, y carritos ambulantes, 3 puntos móviles para eventos y ferias, un centro de producción de más de 200mts cuadrados donde se crean las mejores recetas, una panadería institucional y una distribuidora en la ciudad. Son más de 60 familias las que se ven beneficiadas con su puesto de trabajo día a día y miles de clientes mensuales que alegran sus jornadas con sus sabores únicos.
Burger POP es una marca que evoca felicidad, amor y pasión, que como dicen Natalia y Alex sus propietarios “la suma de las cosas que se hacen a diario, generan grandes resultados”